No todo se ha descubierto ya sobre la Guerra Fría. Un documento reciente muestra que, por aquel entonces, determinada música en la URSS era vetada por suponerse una amenaza.
La reciente filtración de esta lista creada en el 85′ muestra el neofascismo de Julio Iglesias, el erotismo de Donna Summer, la violencia de Iron Maiden o simplemente el punk de los Ramones como motivos suficientes para silenciar sus canciones.
La traducción de la frase introductoria para estos acusados recita: “Se recomienda utilizar estos hallazgos para controlar con más fuerza lo que suena en discotecas”. Medida insensata, atroz e inmerecida donde las haya. ¿Quién imagina un mundo sin escuchar ‘Soy Un Truhán, Soy Un Señor’ a todo volumen una noche de fiesta?