La ciudad te engulle. Ese animal monstruoso lleno de mierda que penetra en las fosas nasales y se amolda a tus pulmones sin necesidad de encender el cigarrillo consume tus horas, les dispara hasta verte abocado al trabajo-casa-casa-trabajo. La vida fuera de ella dura más. Persons nacieron en alguna parte de El Escorial. Quizá en el propio monasterio, encerrados y alejados fuera de toda influencia más que la dictada por las enseñanzas rock del desaparecido Ray Manzarek. De vez en cuando se les ocurre bajar a Madrid y observar en qué se ha convertido la capital del relaxing cup, salas cerradas y policías de mano fácil.
La música de Persons se fija en la naturaleza que perdimos cuando llegamos a la ciudad, la que también nos robó la inocencia, bajo suave psicodelia de ritmos groove. Ritmos ordenados bajo teclados que recuerdan a los primeros Pony Bravo con una marcha más.
La formación, creada a principios de esta década, se marchó a los estudios La Mina de Sevilla para grabar junto a Raúl Pérez, que ya grabó con los propios Pony Bravo o Maika Makovski. El resultado es ‘Ghettoblaster‘, el álbum que acaban de estrenar y que está compuesto por nueve temas. Deja entrar la hipnosis y olvida durante 40 minutos la ciudad.