MUSHROOM PILLOW
[2012][8,5]
Había urgencia. Lo necesitaba él, y lo necesitábamos nosotros.
Todavía seguíamos escuchando su llamada por las radios, por los blogs, por la televisión, pero él ya estaba pensando en otra cosa, en otro momento. Parece que se dio cuenta de lo que pasaba: mientras el resto dormía, el barco se estaba hundiendo y nadie se estaba preocupando demasiado. Así, parecía el momento oportuno, necesario, para volver a dar sentido a la palabra música; aquella que últimamente ha caído en una fase vacía, sin gracia, que en algunos casos parece fuera de contexto, irreal. Mucha gente criticó a Antonio Luque cuando lanzó Presidente. Parece que no se estaban dando cuenta de nada.
¡Menos Samba!, es el acertado título del nuevo trabajo de Sr. Chinarro que, sin haber finalizado la promoción del anterior, se lanzó a grabar 19 nuevos temas para presentarlos lo más rápidamente posible. La ocasión jamás hubiera sido mejor: si hay un momento ávido de canciones con contenido (real) es ahora.
Con solo ver la portada de este último largo podemos darnos cuenta de cómo tenemos que afrontar al nuevo Chinarro. Lejos quedaron ya los universos oníricos de los primeros discos y las atmósferas ilusorias. Ahora llegó la revolución (la imagen del arte parece sacada de un álbum de cromos sobre la revolución cubana, con el Granma de fondo incluso), y es hora de afrontarla directamente. Y para hacerlo, no podemos dejar de hablar de Antonio Luque como el principal artífice de todo esto. Aquí ya no podemos hacer ninguna comparación, ni reproche, ni crítica a sus composiciones; tras 12 discos queda ya dicho todo lo que se podía opinar sobre Sr. Chinarro, hoy toca hablar de sus canciones.
«De qué otra cosa vamos a hablar con la que está cayendo…»
Esta fue la frase con la que contestaba el autor de ¡Menos Samba! a una pregunta sobre su disco en Radio Nacional. ¿De qué otra cosa vamos a hablar que no sea de la crisis? Con el primer corte, La Plaga, ya quedan resueltas todas las dudas: el color folclórico de la armonía sirve de colchón para afrontar las afiladas palabras de Luque que se lanzan hirientes sobre casi todo lo que actualmente podemos ver en las noticias. Aquí ya no hay nada que represente el sueño ideal de otra época, ahora hay ironía para contar una realidad, una realidad perversa que casi resulta cómica con las castañuelas de fondo.
Así comienza el nuevo trabajo de Sr. Chinarro, que continúa con dos cortes magníficos, geniales: Con Tu Elixir afrontamos el día a día de una forma ingeniosa, aguda. Las palabras se encargan de dibujar una utopía mordaz (no preguntes que hará por ti el país), pero que no olvida la calidad de la música en sí. La melodía en los coros resulta deliciosa, difícil que se desprenda de tu mente. Y algo parecido ocurre con la más oscura La Alcazaba, una de las canciones que más se acerca a sus primeros trabajos, y que recurre a unos coros tenebrosos para cantarle al amor.
Por otro lado aparecen canciones costumbristas (a su modo) que tratan de entender de una forma peculiar determinadas situaciones humanas. Así, y sin abandonar esa lengua mordaz que define el estilo de Luque, aparecen Hot Mothers, Todo Para Mí o La Aseguradora, donde las relaciones con una señorita aparecen narradas de una forma muy inteligente y personal. Y también señalar en este ámbito la analogía que hace el autor en Todo Acerca del Cariño entre los gusanos y las personas, para describir así sus relaciones.
Pero si algo tenemos que entender de este largo es el carácter combativo que lo diferencia de los anteriores de Sr. Chinarro: con Dinero (Otra Vez No) nos encontramos con una canción simple, rápida, y directa a la sien. Una fórmula perfecta para claudicar ante ese ente que todo lo asume, y que tiene en una melodía tan accesible su mejor aliado. Y es que Antonio Luque ha conseguido crear canciones más rápidas, más cercanas, para que lleguen a todo el mundo; ha comprendido que una buena canción es aquella que comunica, y ¡Menos Samba! está repleta de ellas. Lo mismo ocurre con Santa Bárbara y Los Años en Blanco, una acertada visión de los últimos tiempos, donde la sensación general es de que todo pasa y pasa, sin dejar nada.
Y por otro lado tenemos que señalar algo muy característico en el disco, donde la división de géneros lo convierte en un mosaico sorprendente que hace de Luque, todavía más si cabe, un compositor superdotado. Desde los colores fronterizos de La Curva De La Felicidad a la conga hispana de La Iguana Mari; cualquier estilo es perfecto para hacer un discurso coherente, lógico y crítico, siempre que lo sepas hacer.
Y ya por último llega La Arenga de los Sindicatos Futuristas, donde el ritmo industrial y la voz opaca y discursiva de Luque hace que el sentido de la letra parezca una mofa de sí misma. Parece casi una ridiculez pensar que todo ese discurso tenga sentido, y nos recuerda de alguna forma a una caricatura de otros tiempos. Pero les doy un consejo, escuchen bien la letra, que no se pierda entre el tono lineal de la voz, y díganme si hay algo que está fuera de lugar. Díganme de verdad qué no tiene sentido ahora mismo.
por Luis Fernández
