[dropcap type=»1″]E[/dropcap]xisten límites para todo. Algunos están para sobrepasarse, como rezaría un pedante y grandilocuente anuncio de deportivas; otras están para salvarnos de tener problemas. La marabunta ruidista de este ‘Say Yes to Love’ (Captured Tracks, 2014), el debut de Perfect Pussy, ahoga de una manera exagerada la musicalidad de sus composiciones. Esa musicalidad existe, porque repunta en ocasiones, pero la mayor parte del tiempo se ve reprimida por una producción pésima.
Muchos de los temas no se dejan llevar por manidas progresiones simples y buscan la originalidad.
Se puede sentir la rabia y la incomprensión de Meredith Graves en cada compás.
Es una inyección de adrenalina, rabiosa y primigenia.
La producción no cumple con unos estándares mínimos, ahogada por una ecualización muy pobre.
El teclado y la voz emborronan el resto, a pesar de que su cantante quede enterrada e ininteligible.
En su busca de originalidad, terminan por copiarse a sí mismos más veces de las necesarias.