La música es uno de los inventos más antiguos de la humanidad. Me parece que hasta está reñido si comenzó a realizarse o no antes que la danza. Lo que es indiscutible es que ha sido una de las formas más recurridas por los seres humanos para plasmar sus pensamientos, su cultura, expresar sus sentimientos.
La tecnología ha crecido a su lado. Si al principio nuestros antecesores tenían que hacer música con palmas y voz, luego surgieron los intrumentos. Más tarde serían los amplificadores, que serían capaces de transmitir el sonido a una distancia mayor de lo que un trovador pudiera si acaso imaginar.
¿Qué ha supuesto la aparición de programas streaming como Spotify o Grooveshark? Un paso más allá. Es la prueba de que la música es por fin de libre acceso para «casi todo» el mundo. Ésa es su mayor virtud. Llevar a cualquier sitio del mundo un producto creativo lanzado desde tu casa.
Hay muchos músicos que consideran esto como un abuso; el robo de un producto por el que uno merece cobrar. No hay pero. Un buen músico merece ser recompensado por un buen producto. ¿Pero cuál es mejor recompensa que la de hacer llegar tu trabajo al mayor número de gente posible?
Siempre invito a la reflexión a todos aquellos que son capaces de intentar dar un paso atrás y convertir un adelanto tecnológico en una involución cultural.
C.Naval