Tras el boom de su exitoso álbum debut (The Drums, 2010) la banda de Brooklyn The Drums no se durmió en los laureles y únicamente 14 meses después (y perdiendo al guitarra Adam Kessler por el camino) lanza su segundo trabajo bajo el nombre de Portamento. Según han desvelado ellos mismos este nombre proviene de un término italiano del siglo XVII que simboliza la manera en que se ha transformado el grupo, su sonido y sus vidas en poco más de un año. Además, se filtró que durante su grabación surgieron ciertas diferencias en el trío y los rumores de separación planearon sobre ellos, pese a que parece que las aguas se han calmado y este Portamento es buena muestra de ello.
Escuchando del tirón su nuevo disco, no parece que la enorme expectación que éste ha generado haya afectado a los norteamericanos (proyecto además producido por ellos mismos). La carta de presentación de este disco fue Money, un rompe-pistas frenético que evoca ciertas sensaciones que tuvimos en la primera escucha de su hit Let’s go surfing.
A Money le acompañan once temas elaborados, que pese a no sorprender en exceso, son poseedores de esa profundidad hipnótica que The Drums ha echo suya a base de desenterrar ritmos ochenteros y mezclarlos con esa esencia playera (tristona, pero playera) que tan de moda está, véase Two Door Cinema Club.
Pese a que no hay grandes diferencias entre todo el tracklist del álbum, destacan el ya mencionado Money, Book of Revelation, What you Were (potente y rock&rollera), If He Likes It Let Him Do It o How It Ended, corte final.
A quién no le gustó su primer y homónimo trabajo, tampoco le gustará este Portamento. Y viceversa: a quién le gustó su debut, éste segundo álbum le encantará. Misma fórmula, más recursos (bien aprovechados) y alguna nueva idea que demuestra que estos chavales tienen cuerda para rato. El examen del segundo disco está bien pasado. Y para muchos, con muy buena nota.